Según la Ministra Coordinadora del Patrimonio Natural y Cultural, el cumplimiento cabal de los objetivos de protección y conservación del patrimonio fijados por el Decreto de Emergencia Cultural decretado en febrero del 2008 por un plazo de un año, requerirían 10 años de trabajo permanente, y un presupuesto anual de 50 millones de dólares. Según la funcionaria, medidas como las del inventario patrimonial por ejemplo, exigen asimismo un seguimiento permanente, razón por la cual el implemento de una programación cultural a largo plazo es necesaria.

Los fondos asignados por el Decreto de Emergencia fueron empleados -entre otros- a desarrollar sistemas de seguridad y conservación de diversos bienes culturales del país, desde piezas coloniales hasta edificios religiosos, pasando por bibliotecas o sitios arqueológicos. El Mercurio recuerda así que en Azuay, 30 000 dólares fureron asignados a los sitios de Chobshi y Shabalula.

Por otra parte, en noviembre de este año, un convenio fue firmado entre el Ministerio Coordinador de Patrimonio Natural y Cultural, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), y los gobiernos provinciales de Azuay y Cañar, con la finalidad de restaurar el Qhapac ñan. La planificiación del proceso será asegurada por la Universidad de Cuenca, cuyos representantes se encargarán también de estudiar el camino desde los aspectos natural y cultural, y desarrollar un programa de promoción turística en torno al mismo.

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