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Una representación precolombina de felino inédita proveniente de la alta cuenca del río Chiguaza PDF Imprimir E-mail
Escrito por Patricio Moncayo, Geoffroy de Saulieu   
Jueves, 14 de Junio de 2007 20:44
Se trata de una representación sobre un tiesto de un recipiente originario de la alta cuenca del río Chinguaza (Provincia de Morona Santiago, Amazonía ecuatoriana), con un estilo totalmente atípico con relación a lo que se conoce en la región. El objeto en cuestión fue encontrado en 1985 por Patricio Moncayo, actual director del Museo Weilbauer (museo arqueológico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, en Quito), en el marco de una prospección. Se encontraba en la superficie, en el borde del camino que va de Chiguaza a Paulo VI después de San Francisco de Wawaimi pero antes de cruzar el río Tuna, un afluente del río Chiguaza (Fig.1). Este tiesto nunca ha sido publicado a causa de su carácter excepcional y aislado.

Es de particular interés por la siguiente razón: las modalidades decorativas que lo caracterizan son incisiones profundas y excisiones, que ponen en relieve una representación de cabeza de felino con estilo curvilíneo. Este estilo recuerda la tradición de las representaciones felinas del Periodo Inicial (2000-600 AC) y del Horizonte temprano peruano (600-200 AC), así como de tradiciones anteriores: las del Formativo ecuatoriano (3500-500 AC) y las del Pre-cerámico Tardío peruano (que termina hacia 2000 AC). Pero la representación de cabeza de felino también posee caracteres originales.

El valle del río Chiguaza constituye un eje de comunicación que desciende por la vertiente oriental de los Andes del centro-sur del Ecuador (región del volcán Sangay): permite el acceso al alto valle del Upano y al mismo tiempo al valle del Pastaza en el cual el río Chiguaza desemboca (Fig.1). El valle del Pastaza tiene una importancia y una riqueza arqueológicas que ya han sido subrayadas y sobre las cuales no retornaremos (Porras 1975, Saulieu, 2006, Saulieu, Duche, por publicar). El valle del río Chiguaza es relativamente mal conocido y mal entendido desde un punto de vista arqueológico: está situado inmediatamente al norte del valle del Upano, que ya ha llamado la atención de varios investigadores (Harner 1973 ; Porras 1987 ; Rostocker 1996, 2005 ; Rostain 1999 ; Salazar 2000). Pero los escasos documentos escritos que se refieren precisamente al valle del Chiguaza (Rampón 1959 ; Porras 1987 ; Saulieu, Rampón 2007) no han sabido definir en el material arqueológico lo que proviene de culturas del valle vecino del Upano, y lo que podría ser originario de otro lugar, en particular de la Amazonía fluvial, y lo que es específicamente local. Leyendo a Porras (1987: 253-266, 361-389), se constata que lo que caracterizaría más a la región de Chiguaza sería el gusto por las decoraciones incisas, estampadas e impresas. Pero el estado actual de la cuestión también podría hacer suponer que lo tipico de Chiguaza según Porras, correspondería a una fase cronológica específica común a las culturas de la región del Upano.

Fig.1 :: Sector del hallazgo en la cuenca del Chiguaza, Provincia de Morona Santiago, Ecuador.

Hemos empezado en el 2006 el examen y el ordenamiento de las colecciones del Upano y de Chiguaza provenientes de los trabajos del Padre Porras y de Lino Rampón. Las dos colecciones se encuentran en la bodega del Museo Weilbauer en La Pontificia Universidad Católica del ecuador, en Quito (solo una infima parte del material de Lino Rampón se encuentra actualmente en el Museo de la Universidad Polítecnica Salesiana, sede Quito). Este trabajo nos permite afirmar que el material proveniente del valle del Chiguaza es nítidamente más diversificado que el del sitio de Huapula en el Upano. Hemos encontrado de manera notoria, en el material de las excavaciones de lino Rampón, proveniente del valle del Chiguaza, tiestos exóticos para la región: se trata de tres tiestos “achurado zonal” pertenecientes al grupo de Pumpentsa (Fig.2) publicado por Athens (1984 y 1986) y que hemos llamado “Pastaza Achurado zonal” en trabajos anteriores (Saulieu 2006: 287 ; Saulieu, Rampón 2007 ; Saulieu, Duche, por publicar).


Fig.2 :: Alta Amazonía con los principales sitios y las principales culturas precolombinas mencionados en el texto : 1- lugar del hallazgo descrito ; 2- Pumpuentsa; 3- Cueva de los Tayos; 4- Santa Ana-La Florida; 5- Bagua; 6- Binó; 7- Tutishcaynio ; 8- Chavín de Huantar; 9- Huaca Prieta; A- Zona de la cultura Valdivia; B- Zona de la cultura Upano; C- Zona de la cultura Napo.

Proponemos describir el tiesto de cabeza de felino, cuyas características singulares apelan comentarios y comparaciones. Pero podemos desde ya subrayar que la presencia en esta zona tropical húmeda del Ecuador de un material que muestra eventuales lazos con las culturas peruanas conlleva necesariamente interrogaciones sobre la naturaleza de la articulación cultural entre sociedades precolombinas ecuatorianas y peruanas. Como lo hace notar Jean Guffroy (2004: 65), la reflexión ha sido reducida demasiadas veces a una problemática fronteriza. Además ha sido centrada por demasiado tiempo en los datos de la sierra y de la costa del Pacífico, dejando de lado a la Amazonía como vector posible de interacciones culturales.

2- Descripción del tiesto

Fig.3 :: Tiesto encontrado en la cuenca del Chiguaza : 3.1- Reconstrucción de la forma del recipiente; 3.2- Reconstrucción de la cabeza de felino.

El tiesto (Fig.3.1) tiene un tamaño modesto: 4,3 sobre 6,4 cm. Su ancho máximo es de 0,7 cm. Es de color crema con un núcleo ligeramente gris. La pasta es burda: se encuentran algunas asperidades de un milímetro, pequeñas piedras pudiendo rebasar los 3 mm, aunque la más grande parte del desgrasante está constituida de granos de 1mm. Estas partículas son muy raramente brillantes y claras. Es probable que la mica y el cuarzo estén ausentes. Los granos son casi siempre entre gris claro y gris oscuro; algunos granos y pequeñas piedras son marrones con tendencia al tinto oscuro. Se encuentran escasas partículas blancas o mates. Si comparamos la textura de este tiesto con los que provienen de los trabajos de Porras en el Upano y el Chiguaza y los de Lino Rampón en el Chiguaza, nos tentaría considerar este material como atípico y extranjero a la región.

La superficie de los relieves, hoy bastante erosionada, era probablemente lisa, mientras que los hoyos incisos y excisos presentan una superficie irregular, con probables restos muy tenues de pintura blanca o gris claro.
El tiesto de Chiguaza es un borde de cuenco cuyo labio presenta una sección rectangular. Posee una forma ligeramente cerrada y un diámetro de aproximadamente 24 cm, lo que parece relativamente importante con relación a la delgadez del tiesto (Fig.3.1).

La decoración fue realizada con la ayuda de dos técnicas: la incisión y la excisión. Se distingue una media cabeza de felino vista de frente cuyas formas dominantes son rectangulares pero cuyos ángulos son atenuados por curvas. Dicho de otro modo, el estilo tiene un carácter curvilíneo. La cabeza es representada entre dos líneas: en la parte superior la línea incisa se encuentra a 0,7 cm del labio. La segunda línea, que se confunde a la izquierda con una zona excisa, parece cerrar el registro 5 cm más abajo. Bajo la línea de la parte superior, una boca está dibujada con líneas incisas, así como un morro definido en el exterior por incisiones y en el interior por una zona excisa. En el extremo izquierdo se distingue una forma que no se puede seguir por causa de la rotura. Se trata de dos apéndices que definen una zona central excisa. Es probable que se trate de la representación de la oreja. Más abajo, encontramos una franja delimitada como una especie de lente; se trata del ojo derecho del animal cuyo centro fue vaciado por excisión. Hacia la izquierda encontramos una zona excisa que está interrumpida por la rotura.

3- Comparaciones

3.1. Comparación con otros cuencos que tienen decoraciones incisas y excisas y presentan decoraciones curvilíneas.


La decoración curvilínea tratada por incisiones y escisiones parece ser una modalidad decorativa característica de la alta Amazonía (Fig.2):
1/ En primer lugar, hay tiestos exóticos que aparecen en los depósitos de la fase Bagua I (probablemente entre 1200-800 AC, pero hay una sola fecha de 960 +/- 135 AC, Shady, Solis, 1999: 204): estos tiestos son “fragmentos grises decorados con zonas excisas” (ibidem). Uno de ellos es un cuenco abierto con pared convexa cuyos diseños están constituidos por franjas paralelas separadas por incisiones, pero realizadas en talla con relación al fondo que ha sido exciso. Las zonas excisas paran bajo el labio dejando una franja tallada de alrededor de 0,5 cm de altura. El labio presenta, al parecer, una sección redondeada.

2/ También se debe subrayar el Shakimu Temprano, fechado en 650 DC +/- 200 (Lathrap, 1970: 94). Este conjunto, proveniente de la cuenca media del Ucayali, se caracteriza por formas variadas entre las cuales se encuentran cuencos abiertos con pared convexa (Lathrap 1970, Fig. 10-f: 93, y Fig. 11: 94) con decoraciones realizadas por incisiones y excisiones de franjas paralelas que describen formas curvilíneas. Sobre uno de los objetos presentados por Lathrap (1970, Fig. 11: 94), una franja de medio centímetro de altura aproximadamente es tallada bajo el labio, exactamente como para el material exótico Bagua I.

3/ Existe igualmente el material de la fase Binó fechada en 2780 +/- 135, es decir alrededor de 830 DC (De Boer, 1975-b: 95) y que sería una fase antigua del Shakimu Temprano, o un material de la misma familia. Allí, los cuencos abiertos con pared convexa están bastante bien representados, con tres clases formales (De Boer, 1975, pl. XXIII forma E1, pl. XXIV forma E2, pl. XXV formas E3 et E1) y decoraciones incisas que contienen a veces zonas excisas que describen formas curvilíneas. El punto interesante de este material es que presenta a menudo las franjas bajo el labio, común a los materiales descritos anteriormente (aunque muchas veces más amplios) y labios con sección rectangular.

4/ También existe el grupo “Cerámica incisa y excisa con engobe rojo” que presenta formas de cuenco abierto con pared convexa (Saulieu 2006: 289-291, Saulieu, Duche, por publicar). Este conjunto no tiene datación. Sin embargo, por su factura y ciertas aproximaciones, nos parece probable que pertenezca al Formativo ecuatoriano (3500-500 AC) o al Periodo de Desarrollo Regional (500 AC – 700 DC) (Saulieu, Duche, por publicar). Este conjunto posee cuencos muy semejantes a la forma del tiesto de Chiguaza: cuencos con pared convexa, ligeramente cerrados, y con un labio de sección rectangular (Saulieu 2006: 290, Fig. 4.3). En el Huasaga, ciertos tiestos pertenecientes a este grupo presentan tipos de pasta bastante burdos que recuerdan el del tiesto con cabeza de felino de Chiguaza.

5/ Finalmente existe la cerámica del Napo, perteneciente al Horizonte Policromo y que aparece aproximadamente entre 950 DC y la conquista española (Porras 1987; Netherly 1997). Este conjunto se caracteriza por un gran número de formas cerámicas muchas veces complejas y compuestas, con decoraciones pintadas pero también con decoraciones incisas y excisas (Evans, Meggers, 1968). De cualquier modo, los simples cuencos abiertos con pared convexa no parecen muy corrientes; presentan muchas veces formas compuestas. Por estas razones no pensamos que esta última comparación sea pertinente. Además, como veremos, la representación llevada sobre el tiesto parece integrarse a una tradición más antigua.

3.2. Comparaciones iconográficas

La representación de cabeza de felino de Chiguaza hace recordar que la tradición de las representaciones felinas encuentra su apogeo en el estilo Chavín-Cupisnique (1400-600 AV) y Chavín Tardío (600-200 AC). Estos dos periodos muestran en efecto la multiplicación de las representaciones sobre soportes y con técnicas diversas (cerámicas, objetos de piedra, elementos arquitectónicos y estatuarios, textiles, objetos de metal). De cualquier forma, si se analiza en detalle la representación del fragmento de Chiguaza, uno se percata que un cierto número de rasgos lo diferencian claramente de las representaciones peruanas canónicas de esas dos épocas:
  • Primero, se sabe que la cabeza del felino estaba representada enteramente (Fig.3) y no parcialmente, como lo era a menudo en las representaciones del Periodo Inicial y del Horizonte temprano peruano. En efecto un pedazo del recipiente, hoy en día perdido, se pegaba a la cabeza del felino al nivel de la boca del animal y sobrepasaba el eje de simetría axial del dibujo.
  • Además, su posición sobre el cuenco es singular: en vez de estar representada perpendicularmente con relación al labio del recipiente, o con el labio del recipiente encima de la parte frontal, como es casi siempre el caso en Perú, la cabeza está aquí representada al revés con relación a la apertura del cuenco (Fig. 3.1). Así, para ver la imagen felina, había que dar vuelta al recipiente. Esta característica es muy poco corriente en Perú aunque sí aparece sobre algunos cuencos de piedra provenientes del valle de Jequetepeque (Tellenbach 1999, Vol. 2, Lámina 29).
  • La boca, cerrada, es representada por una figura rectangular donde una raya señala el labio. A esta boca se sobrepone un morro representado por una figura excisa en L acostada, con el pie hacia abajo. Generalmente, las representaciones peruanas no representan la boca cerrada, sino abierta con dientes y a veces colmillos. Además, esta boca se encuentra frecuentemente y en forma de L acostada, con un pie sea hacia abajo, sea hacia arriba, dando un aspecto de mueca (Fig. 4.7 y 4.8). Es interesante notar aquí que hay una gran similitud de forma entre el morro del felino de Chiguaza y la boca de las representaciones peruanas.
  • El ojo cuyo contorno está dibujado por una especie de lente no posee pupila. Muy a menudo el ojo de los felinos peruanos es dibujado sin borde, con una pupila excéntrica sea hacia arriba, sea hacia abajo (Fig. 4.7 y 4.8).
La tradición de las representaciones felinas es más antigua que el Horizonte Chavín. En efecto, desde el Formativo ecuatoriano, un cierto número de representaciones pueden ser mencionadas y muestran probables interacciones culturales a gran escala integrando la costa del Pacífico, la sierra y la alta Amazonía, en el sur del ecuador y en el norte del Perú.

Desde las fases III y IV de la cultura Valdivia (según la cronología de Hill, 1975, es decir entre 2800 y 2250 AC según Marcos, 1998) aparece la figura llamada “mascarón”. Esta representación se caracteriza por la figuración de una boca rectangular, abierta o cerrada según el caso, con el labio señalado por una raya o una zona excisa (Fig. 4.1). Los ojos son dibujados en forma de figuras sub-rectangulares donde a veces se señala la pupila.

Según nosotros, comparaciones con otras representaciones podrían sugerir que este tipo de representación constituye uno de los prototipos de las representaciones de cabezas de felino en el norte de los Andes centrales y en el sur de los Andes septentrionales. Esta hipótesis ya ha sido enfatizada anteriormente por Constanza Di Capua a partir del análisis interno del material iconográfico Valdivia (Di Capua, 2002: 190). El mascarón Valdivia puede ser simplificado hasta una figura rectangular, sin figuración de boca, conteniendo dos series de pequeños rectángulos como ojos (Fig. 4.2).

Las representaciones de Valdivia han sido relacionadas desde hace mucho tiempo con representaciones de las dos calabazas gravadas de Huaca Prieta en el Perú (fechadas entre 2500 y 2000 AC aproximadamente) donde representaciones similares muestran de manera explícita orejas animales (Fig. 4.4) (Bird y al., 1985). Se ha defendido a menudo que estos objetos podrían haber sido directamente importados de la costa ecuatoriana.

Más hacia el Noreste, el en alto valle del Chinchipe, un cuenco de piedra proveniente del sitio de Santa Ana La Florida (fechado de 2500 a 2000 AC), pero de un contexto estratigráfico desconocido, muestra una representación felina que se aproxima a la de Valdivia (Fig. 4.5). Ésta representa sin embargo dos grandes diferencias: está cortada por la mitad, conforme con las modalidades de representaciones peruanas, y presenta dientes, dos características que anuncian los cánones del Horizonte Chavín-Cupisnique (Valdez y al., 2005).

Hacia 2000 AC también se encuentra en el Tutishcaynio Temprano, ubicado en el Ucayali, una representación explícita de felino muy diferente de las representaciones anteriores, pero directamente asociada con una gran figura en forma de venda con ojos representados en lente (Fig. 4.3), que se asemejan a ciertas representaciones simplificadas del mascarón Valdivia (Fig. 4.2). La proximidad de la representación felina y de la figura en “mascarón” no nos parece ser un azar, dada la existencia de representaciones descritas antes asociando en un mismo dibujo caracteres propios del felino y del “mascarón”.

Por fin, la Cueva de los Tayos brinda una representación de felino con una especie de mandíbula saliente (Fig. 4.6) semejantes a ciertas representaciones peruanas donde el hocico es sugerido (Fig. 4.7 y 4.8). Algunos hallazgos provenientes del mismo contexto han sido fechados entre 1000 y 1500 AC según Porras (Porras, 1978: 63-64). El contexto cronológico del conjunto del material podría sin embargo ser ligeramente más reciente dado el contexto de la datación C14 mencionado en la publicación: en efecto, hay riesgos de contaminaciones naturales entre la concha marina del espóndil fechado y el sustrato geológico de naturaleza calcárea de la gruta1. Además, las tres dataciones válidas hechas por termo-luminiscencia y citadas en la publicación no son muy convergentes con relación a la imprecisión inherente al método (2650 BP, 2300 BP y 3500 BP). Una datación entre 700 y 1000 AC parece más razonable (Porras, 1978: 63).

Las representaciones citadas, anteriores a 1500 AC, están dispuestas en una zona que parte de la mitad sur del Ecuador hasta el nivel de Trujillo en Perú (Fig. 2). A pesar de la diversidad, encontramos una cierta regularidad en las formas: cabezas sub-rectangulares, énfasis en la representación de los ojos (en general por el tamaño y a veces por la presencia de lente) igualmente sub-rectangulares, boca abierta o cerrada representada por una larga figura sub-rectangular.

La representación de Chiguaza muestra dos rasgos que evocan las representaciones anteriores a 1500 AC: la boca está cerrada y es representada por una forma sub-rectangular, y el ojo es representado por una figura que con seguridad era originalmente en forma de lente.

Sin embargo, la representación del morro del animal así como del hocico con la ayuda de un trazo inciso son características hasta ahora sin comparación. El comienzo de oreja, desgraciadamente interrumpido por la ruptura, no nos permite saber si este apéndice presentaba un carácter humano o animal, o si estaba simplificado en una o dos pequeñas espirales como lo es a menudo en las representaciones del Horizonte Chavín (Fig. 4.7 y 4.8).

Fig.4 :: Comparaciones iconográficas : 4.1- Figura acanalada en el borde de un cuenco cerámico de las fases III-IV de la cultura de Valdivia (Hill, 1975, lamina V, n°30) ; 4.2- Cuenco cerámico de la cultura Valdivia con decoraciones acanaladas (Meggers y Evans, 1965, lamina 42, n°a) ; 4.3- Motivos decorativos incisos sobre el borde de un cuenco cerámico de la cultura Tutishcaynio Temprano (Lathrap, 1970, p.89, fig.8) ; 4.4- Motivos decorativos grabados sobre dos mates provenientes del sitio de Huaca Prieta (Bird et al., 1985, p.71) ; 4.5- Cabeza de felino y reconstrucción del dibujo, proveniente de un cuenco de piedra del sitio Santa Ana – La Florida (Valdez et al., 2005, p.372, fig.3b); 4.6- Cabeza felínica de nácar proveniente de la Cueva de los Tayos (Porras, 1978); 4.7- Cabeza felínica proveniente de un tiesto de Pacopamba y pertenecientes al estilo Pacopampa Pacopamapa (Burger, 1985, p.106, fig.94); 4.8- Cabeza felínica grabada en un cuenco de piedra proveniente del valle de Jequetepeque (Tellenbach, 1999, vol. 2, lamina 29, n°352).

4- A manera de conclusión

El valle de Chiguaza es un sector muy rico donde la diversidad del material muestra que la región era probablemente muy abierta hacia la Amazonía. La presencia de este tiesto atípico con cabeza de felino es testimonio de ello, así como la presencia del material Pastaza Achurado Zonal en las excavaciones de Lino Rampón.

Las comparaciones del tiesto con cabeza de felino de Chiguaza con otros materiales parecen mostrar que una atribución crono-cultural al Formativo ecuatoriano o al periodo de Desarrollo Regional es probable. La forma del recipiente, el tipo de pasta, las modalidades decorativas escogidas, evocan diferentes grupos pertenecientes a la alta Amazonía, y más particularmente al conjunto que hemos llamado “Cerámica incisa y excisa con engobe rojo” que se encuentra al Este de la provincia de Morona Santiago y al Sureste de la provincia de Pastaza (Saulieu, 2006; Saulieu, Duche, por publicar).

Esta representación felina no constituye una representación canónica del Horizonte Chavín-Cupisnique y por lo tanto no nos parece imposible que sea anterior.

También es posible imaginar que los fenómenos ideológicos que marcan el final del periodo Inicial y el principio del Horizonte temprano peruano (es decir el fin del Formativo ecuatoriano) y que se traducen, en otros, en representaciones de felinos, no fueron unilineales y centralizados. La Costa, la Sierra y la alta Amazonía habrían contribuido a su manera en la construcción de ideologías y de formas artísticas más o menos comunes, constituyendo una vasta era de interacción. Esto no habría impedido que corrientes dominen en ciertos momentos y varias veces. Este material atípico proveniente del valle del Chiguaza, ubicado en la alta Amazonía ecuatoriana, podría entenderse en este sentido.

De cualquier forma, para algunos investigadores, la articulación entre las áreas culturales de los Andes centrales y septentrionales durante el Formativo, conoció indudablemente fenómenos complejos que han rebasado los constreñimientos geográficos y medioambientales (Guffroy, 2004: 79). Pero es necesario constatar que si empezamos a elaborar una vaga idea de los escenarios culturales costeros y andinos, estamos completamente desprovistos para comprender lo que pasa en la Amazonía en el mismo periodo. Mientras ningún programa de investigación sistemático sea llevado a cabo en la parte fluvial de la alta Amazonía nos veremos reducidos a aproximaciones y especulaciones.

NOTAS:
1) En la publicación de 1978, p.63-64, Porras menciona una fecha radio-carbónica de 2970 +/- 50 y cuatro dataciones realizadas con termo-luminiscencia, de las cuales una no puede ser usada. Ziółkowski y al., 1994, p.120, muestra que la misión en la cual Porras participó realizó también cuatro otras dataciones de valor desigual (GU-652, 653, 654 y 793 teniendo respectivamente los valores : 1012+/-66 BP, 235 +/- BP, 125 +/- BP, moderno). Éstas no son mencionadas, tal vez por su ausencia de asociación con el material publicado en el caso de las tres primeras y por la contaminación evidente de la cuarta.


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Última actualización el Jueves, 24 de Septiembre de 2009 06:03
 

Comentarios  

 
#4 buen trabajo Patokerly miranda 24-02-2010 17:28
al director del museo sr. patricio guerrero mil gracias por tus enseñanzas en el forrjamiento de mi carrera tus aportes son muy importantes e interesantes pa la cultura y el turismo.......
pato contactame me gustaria conversar contigo pues ahora vivo en guayaquil.......con mucho cariño y agradecimiento kerly miranda
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#3 buen trabajo Patokerly miranda 24-02-2010 17:25
:-) que buen trabajo realizado en este museo puedo decir que el museo weilbauer es uno de los primeros museos que me enseño la realidad ya en el campo profesional ya que tuve la gran oportunidad de tener al director patricio moncayo como profesor hoy despues de tres años y aunque ya no vivo en quito aprovecho este sitio para agradecerte pato y decirte que el año que paso te busque pa ciertas tareas escolares que no podia realizar pero no te pude encontrar otra vez mil gracias por tus enseñanzas....y felicidades por este aporte.... que ayuda a nuestra identidad y por supuesto al turismo
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#2 Buen TrabajoLuis Alarcon 14-02-2008 16:34
:-) Si esta muy bien redactado pere en realidade todo esto esta comprovado
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#1 chiguasayeimer katz 09-07-2007 15:43
cudemos nuestros rios para que siempre aga vida
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