Close
Home Tesis académicas Sierra Análisis pre-iconográfico de la cerámica precolombina de la provincia del Carchi
Análisis pre-iconográfico de la cerámica precolombina de la provincia del Carchi PDF Imprimir E-mail
Escrito por Gabriela López   
Miércoles, 27 de Junio de 2012 04:06

Gabriela López, 2012, Análisis pre-iconográfico de la cerámica precolombina de la provincia del Carchi, Disertación previa a la obtención del título de Antropóloga con mención en Arqueología, Facultad de Ciencias Humanas, Escuela de Antropología, Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

Resumen:

Este trabajo nació del interés por las representaciones iconográficas de un grupo de piezas precolombinas provenientes de la provincia del Carchi, que corresponden a las colecciones del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural y del Banco Central del Ecuador. Entendemos como iconografía cualquier tipo de manifestación de tipo figurativo que parte del supuesto en que las imágenes adquieren un valor y un significado (Castañeiras 1998). En base a los nuevos enfoques propuestos para una investigación arqueológica, nos inclinamos a usar como marco teórico metodológico, los planteamientos de la semiótica, que es la ciencia encargada de los signos y las leyes que los gobiernan (Castañeiras 1998; Preucel 2006; Saussure 2005), permitiendo el estudio de la cultura como un proceso de comunicación (Eco 1994). Sobre todo nos interesa el desarrollo de la semiótica en el carácter visual ya que aquí también existen signos y fenómenos de comunicación. Los signos se refieren a entidades abstractas basadas en una convención cultural (Eco 1994), de hecho un mensaje puede variar según los códigos que entran en acción por la ideología. Es así que las imágenes de nuestro material cerámico serán entendidas como códigos dentro de un modelo comunicativo que está enteramente relacionado con una cultura en específico.

Simultáneamente con las propuestas de la semiótica y cómo ésta serviría para el análisis de nuestro material, fue importante también recopilar la información de la región de dónde provienen las piezas, con miras a encontrar los vínculos con las representaciones de las imágenes. Nos ha parecido relevante al menos tener en cuenta las siguientes características: En el territorio se encuentran presentes dos hoyas que forman una especie de escalera geográfica con una variedad de pisos altitudinales. Etnohistóricamente los grupos asentados en el norte de Ecuador y Sur de Colombia fueron denominados “Pastos”. El tipo de vivienda encontrado en esta región se conoce como bohío, que son estructuras circulares con murallas de tierra que se hallan interrumpidas por una sola entrada. Como vestimenta utilizaban unas mantas largas que les cubría desde el pecho hasta las rodillas. Formaban agrupaciones organizadas por cacicazgos, que se refiere a entidades políticas poderosas representadas por un cacique. Hubo gran desarrollo en la agricultura evidenciado en la construcción de terrazas, camellones, acequias y tolas. Y en base a ésta se desarrolló sistemas de intercambio en donde jugó un papel determinante no solo los productos de consumo, sino también los bienes de prestigio (Cieza de León 1984; Echeverría 2004; Grijalva 1988; Landázuri 1995; Martínez 1977).

En cuanto al registro arqueológico, la mayoría de los estudios han intentado recrear el panorama del material cerámico buscando llegar a un tipo de organización para establecer cronologías, de los cuáles fueron relevantes dos trabajos: el de Alice Francisco (1969) para Ecuador y el de María Victoria Uribe (1977-1978) para Colombia. Las dos propuestas determinan la secuencia de tres estilos en cuanto a forma y decoración: Capulí, Piartal y Tuza. Las últimas tendencias presentan la posibilidad de una contemporaneidad entre estos tres estilos, ya que la información arqueológica indica que los tres se sobreponen tanto en tiempo como en espacio (Cárdenas 1995; 1996).

Dado que no sólo el material cerámico de esta región se caracteriza por ser iconográfico, fue determinante además saber qué es lo que se ha propuesto hasta ahora sobre las imágenes encontradas en éste y en otros registros arqueológicos, como en petroglifos y objetos de metal. Lo que se ha planteado es la existencia de una connotación simbólica en los caracoles u ocarinas, la importancia en la representación de la figura del mono, la forma geométrica hasta en las representaciones humanas y de fauna, el manejo de colores positivos y negativos, el juego de luces y sombras, y el uso del color rojo para resaltar figuras, particularidades que debieron seguir propósitos específicos posiblemente relacionados con un sistema religioso, tradicional y de creencias, y con concepciones del universo (Bray 1998; Karadimas 2000; Molestina 1998; Schávelzon 2006; Valarezo 2010).

Con estos antecedentes, el objetivo propuesto fue obtener una idea global, clara y organizada de la iconografía presente en el material cerámico, mediante el análisis de cada una de las imágenes representadas. Si asumimos que las imágenes constituyen formas simbólicas, es posible que detrás de ellas se encuentre un sistema para definir el mundo y las cosas que se encuentran dentro de él.

Después de organizar el material cerámico para el manejo de la información, se procedió a la clasificación de las imágenes, para lo cual se consideraron tres categorías: una que las clasifica de manera general, en donde se tomaron en cuenta los atributos que permitían unir unas figuras con otras. Otra que las clasifica de manera específica, es decir considerando los atributos que dentro de un mismo grupo las hacen diferentes, y la última que serviría para determinar características inter-específicas considerando todas las variaciones posibles de una misma figura.
De forma general podemos señalar que los diseños presentes en nuestro material cerámico están caracterizados por el uso de figuras con forma lineal y con forma geométrica, en la mayoría de los casos en donde hay líneas hay también figuras geométricas, pero también han sido evidentes diferencias enfocadas sobretodo en la forma de utilización de las mismas y en la constancia con que son representadas.

En cuanto a las figuras geométricas, la imagen mayormente representada y con más variabilidad de forma es el triángulo, uniendo triángulos es posible originar otras figuras como cuadrados, rectángulos y rombos. Existe bajo esta misma premisa, nociones de divisiones de elementos en partes iguales, que es posible también identificar en la representación global de los diseños, sobre todo al interior de las piezas, que al parecer guardan cierto orden en cuanto al manejo de los espacios que están claramente divididos por líneas y que se corresponden unos con otros dependiendo del número de divisiones. Esta última característica evoca también la idea de conjunción de elementos complementarios como es el caso de la combinación de la escalera con el espiral, que está presente en los tres estilos pero con variada forma de representación.

Las figuras con apariencia zoomorfa, dentro de las cuales existen muchos animales que no corresponden con el hábitat de esta región, se representan en lo posible lo más cercanas a la realidad. En nuestro corpus de imágenes no existen representaciones de animales mitológicos que conjuguen unos animales con otros, ni tampoco existen animales antropomorfizados.

En cuanto a las representaciones de las figuras con apariencia antropomorfa, podemos decir que pueden evocar un sentido de jerarquización como lo sugieren también los datos arqueológicos de acuerdo al tipo de tumbas y ajuares. En la fase Capulí, por ejemplo, solamente un tipo de personajes aparecen sentados en una especie de silla, masticando coca, vistiendo banda y taparrabo. Entre éstos llama la atención su vestimenta si nos enfocamos en que se tratan de sociedades que mayormente se han desarrollado en climas fríos. Es posible que el intercambio de productos, caracterizado por la conjunción de climas fríos y cálidos, en donde circulaban también bienes suntuarios, puedan haber determinado la representación de algunos diseños, por lo tanto estaríamos frente a un intercambio simbólico.

Al no existir elementos conjugados para formar seres sobrenaturales, proponemos que las vasijas como tales parecen haber tenido una connotación simbólica muy grande, porque son a éstas a las que se dotan de rasgos antropomorfos, con la representación de rostros o de rostros con extremidades, por ejemplo. Esta idea también está sustentada en que existen parejas de animales (clasificados como felinos) y personajes antropomorfos sosteniendo compoteras.

Las imágenes presentes en petroglifos y en objetos de metal son similares a las que se han encontrado en las representaciones cerámicas, lo cual crea la posibilidad de que hayan sido producidas por una misma sociedad que ha desarrollado su iconografía bajo diversos contextos, lo cual enfatiza la importancia que tuvieron los signos visuales dentro de la misma. Por lo tanto quedan muchas expectativas aún abiertas que serían posibles completar con un estudio aún más minucioso y con nuevas investigaciones arqueológicas que tanta la falta le hacen a la región.

Última actualización el Jueves, 28 de Junio de 2012 11:58
 

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar

^  top