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Arqueología y Periodismo PDF Imprimir E-mail
Escrito por Gaëtan Juillard   
Viernes, 17 de Octubre de 2008 18:32
Una de las funciones de la arqueología es la difusión de los trabajos al público. En principio, esto no debería ser muy complicado en sí. Muchas personas han soñado con ser arqueólogos, y los mitos populares han sacralizado a figuras como la de Indiana Jones, en un supuesto arqueólogo perfecto. Es una figura a la cual es tan sencillo identificarse. Pero la realidad no es así.

En algunos casos, los profesionales son demasiado “técnicos” y no difunden de manera adecuada la información o consideran que esta difusión es peyorativa para ellos y para su reputación. Por otra parte, a menudo los periodistas difunden casualmente una información errónea, equivocada, por no decir arcaica... porque simplemente la arqueología no es su trabajo. En la mayoría de los casos dan una visión caricatural, hombres que cruzan ríos llenos de caimanes, buscando tesoros. Alimentan, en la mayoría de los casos, mitos y leyendas sobre los tesoros escondidos o sobre cuidadas perdidas en la selva. La necesidad de convencer o de hacer vender una noticia conduce a errores y equivocaciones que, sin querer, a menudo perjudican a las comunidades y, en general, al patrimonio.

El público que se interesa por la arqueología es muy diverso, heterogéneo. Varía desde los que están atraídos por la belleza de las piezas y quieren conocer la historia detrás de ellas, hasta los estudiantes o aficionados que han colaborado en proyectos de investigación. Pero no sólo están estas personas de buena voluntad, hay también los traficantes y huaqueros que buscan informaciones sobre futuros “mercados”. Cada uno de los profesionales, tanto los de la comunicación como los de la arqueología tienen la obligación de interesar a este público variado y difícil. Tienen que presentar la realidad de la arqueología: una ciencia que está al servicio de la comunidad, tratando de reconstruir la historia perdida de los antecesores de las sociedades modernas, para entender con ello el presente y el futuro.

Arqueólogos y periodistas tienen la misma obligación frente a la comunidad. Ambos deben informar de la mejor manera posible, para que la información sirva para formar en el público una identificación con el pasado aborigen. De la identificación viene la necesidad de un empoderamiento y de ello surgirá la autoestima, la dignidad perdida de todo un pueblo. A fin de cuentas, no está prohibido que la comunidad busque un origen mítico, basado en los mitos y en las leyendas – que son también parte del patrimonio cultural inmaterial. Lo importante es que a la base de los mitos haya un fondo de verdad, algo que asiente en el pueblo ese sentimiento de pertenencia colectiva a un mismo destino histórico. El papel de los científicos y de los profesionales de la información es permitir al pueblo que haga la distinción clara entre el Mito y la Historia. Esta es su obligación moral y ética, esta es su responsabilidad frente a la comunidad.

Abrimos un debate alrededor de estos temas.
Última actualización el Lunes, 14 de Septiembre de 2009 09:11
 

Comentarios  

 
#1 El periodismo especializadoLorena Egas 26-10-2008 02:36
No creo que alcance el espacio. En estos momentos tanto la comunidad arqueológica y el país necesitan del periodismo y su trabajo para llegar a la población y despertar a la opinión pública en torno a éstos temas que pueden parecer "ajenos" y no relacionados con el día a día. La relación como tal más le interesa a la comunidad científica en sí. Cómo se puede revertir esta situación? 1. Hay que tener una postura tolerante en relación al periodismo en general y las limitaciones del mismo, tal y como se lo ejerce en el país. 2. Reconocer las deficiencias del medio, al no disponer de periodistas especializados en temáticas determinadas. 3. La inmediatez con la que tienen que manejar información compleja es un condicionante para el periodista 4. En este sentido es la función de la comunidad arqueológica propiciar el acercamiento y formar vínculos sólidos con los medios. 5. siempre ésto redundará en un conocimiento mejor de la actividad, su importancia,el respaldo de la sociedad civil y sus actores si como el llamamiento a políticas que son necesarias en el país. 6. No se trata de "vender"una noticia, sino de "adaptarla"al medio a través del cual se buscar transmitir, conforme a los requerimientos específicos del medio sea este tv, prensa, radio, etc. 7. Si consideramos las limitaciones y condicionamientos con los que se maneja un periodista de un medio, que van desde no funcionar de manera especializada, hasta el hecho de la inmediatez, que es el que más condiciona, creo que la comunidad arqueológica podría hacer algunas concesiones principalmente facilitarle los recursos que el periodista necesita para manejar la información con la rapidez que se le exige. 8. Una de las maneras es proporcionar la noticia, sus elementos, conceptos básicos y la esencia del mensaje en un formato de redacción aplicable a una noticia, dependiendo del medio, (sea esto comunicado deprensa, boletin, press kit) que de por sí aclare ,de antemano, las dudas y posibles preguntas. De esta manera la noticia no se basará exclusivamente en el contenido de una entrevista, palabras que pueden ser tergiversadas, interpretadas erróneamente y editadas por falta de tiempo y espacio para publicar. la entrevista solamente debe ser un complemento a la investigación periodística, que debe estar incluida en los boletines y comunicados que se entreguen. Ésto incluso facilitará la entrevista, la acortará a preguntas concretas. 9. Hay que considerar, como arqueológos o técnicos de diferentes ramas nuestras propias limitaciones al momento de comunicar, no necesariamente todo especialista tiene por qué tener habilidades comunicativas o de transmisión de información como para asumir de manera exclusiva la tarea de difundir. 10. La mejor manera de conseguir que ésto vaya cambiando es, más allá de detectar lo deficiente, fortalecer los vínculos con los medios y tomar una actitud proactiva, como puede ser asumir la tarea de contribuir a la formación de los periodistas, mediante talleres de capacitación sobre éstos temas, para que éstos estén familiarizados con la situación, terminología y los trabajos arqueológicos como tal, y generar sensibilidad al respecto, considerando que el periodista es el mejor aliado; y sin olvidar la tarea del relacionista público que está llamado a servir de canal entre la comunidad científica y los medios 11. En estos casos, como se dice vulgarmente, es mejor: zapatero a su zapato
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